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Foto del escritorClaudia Salas

Una nueva forma de tratar tu dolor crónico: Terapia neural




Por Claudia Salas

Para aquellos que viven con dolor crónico, cada día puede sentirse como una guerra implacable y lamentablemente el dolor hoy esta siendo algo de masas, mostrando una problemática que viven miles de personas donde  la búsqueda de tratamiento convencional no siempre nos brinda la respuesta deseada. Desde fuertes analgésicos hasta terapias alternativas,  desde medicamentos que te hacen bien para una cosa y mal para dos, el dolor sigue siendo una parte diaria de la vida. Pero qué sucede cuando hay otras alternativas? Por supuesto, alimentación, estilo de vida, aprender a aligerar la carga mental a respirar y tomar cosas de una a la vez son caballos de batalla en la vida de todas las personas, sabemos que no es nada fácil de implementar. Sin embargo, también existen tratamientos no convencionales, y en el contexto del blog de nuestra web, te hablaré de la terapia neural.


¿Qué es? 


A pesar de que su nombre suena como un concepto médico complicado, la terapia en sí es una técnica sorprendentemente simple y no invasiva que en realidad trabaja con el sistema nervioso. Su propósito es “restablecer” el cuerpo a través de inyecciones superficiales de anestésicos locales en dosis sumamente bajas, aplicadas en puntos específicos. Este tipo de anestésicos trabaja, literalmente, en el lugar de origen del dolor, reduce la inflamación y también “calma” los nervios que están transmitiendo esa sensación tan desagradable. Y lo mejor es que es un tratamiento natural que no solo se dirige al dolor físico sino también a la tensión psicológica, habitualmente asociada.


La Ciencia Detrás de la Terapia Neural: ¿Funciona Realmente?


Si estás pensando, “¿Pero esto de la terapia neural realmente funciona?”, pues me hice la misma pregunta. La primera vez que me pusieron las agujas experimente alivio inmediato, pase de no poder moverme a sentirme liviana sin tener la mínima idea de lo que había pasado, solo sentí un profundo agradecimiento, pues minutos antes, me movía con dificultad. Con el tiempo, el alivio se sostuvo en el tiempo, y realmente volví a mi vida, al gym, a tener deseos de salir, caminar y lo más cotidiano que una ni cuenta se da cuando vive sin dolor. Como neuropsicóloga comencé a investigar, y las investigaciones y estudios en el área médica han mostrado resultados interesantes. De hecho, se ha visto que la terapia neural ayuda a personas que viven con dolor crónico (¡sí, ese dolor que parece nunca irse!) a encontrar alivio y a mejorar la calidad de vida. 

Además, este tipo de terapia no se queda solo en el alivio físico. Al enfocarse en el sistema nervioso, que muchas veces está sobrecargado en personas con dolor crónico, también ayuda a reducir la tensión emocional y el estrés, que a menudo vienen junto con el dolor. Es como darle al cuerpo una especie de “respiro” natural, sin los efectos secundarios de otros medicamentos (Referencia sugerida: análisis de estudios sobre el impacto de la terapia neural en el bienestar emocional).

Lo mejor de todo es que este alivio no es solo cosa de un rato. Muchos pacientes reportan que los efectos de la terapia neural duran mucho más tiempo, permitiéndoles llevar una vida más activa sin tener que recurrir constantemente a analgésicos fuertes, incluso disminuyendo el consumo de la farmacología tradicional. 

Varios médicos prestigiosos que me trataron como paciente psiquiátrica desde el prejuicio que se da a esa palabra (pues no tiene nada de malo ser una paciente de psiquiatria) me repitieron que me acostumbrara a vivir con dolor. Lo creí por 4 años, y luego me rebele, tome cuanta terapia encontré, dietas, yoga, ejercicio aún cuando había momentos donde caminar era un desafío. Me sirvió, pero mi cuerpo ante situaciones de estrés (que ciertamente no me faltaron en esos años) gatillaba y partía todo de nuevo. Un paso adelante y 3 para atrás. Estuve así años, aprendí tanto del dolor, lo puse a disposición de mis pacientes, pero seguían los gatillos y un paso adelante y 2 para atrás hasta que viví la terapia neural.

No consumo medicamentos, sólo vitaminas, cuido mi alimentación moderadamente, intento tener un estilo de vida armónico, tomar decisiones desde la psicología, pero sin duda la terapia neural llegó a mi vida para quedarse. No me acostumbre a vivir con dolor, lo que si hice fue aprender de él.  Si bien cada persona es diferente, y los resultados pueden variar, esta terapia ofrece una alternativa para quienes ya han probado múltiples tratamientos sin éxito. La combinación de alivio físico y emocional hace que esta terapia sea una herramienta poderosa para recuperar el bienestar para que el cuerpo agarre fuerza y aprenda de a poco a sanarse.

Puedes estar atenta-o a las publicaciones de otros artículos, interactuar cuando quieras en nuestras redes y siempre preguntar tus dudas. Si estás con dolor, ven a vernos, estoy segura que encontrarás alivio.


Con cariño y esperando que te sirva


Claudia Salas

Psicóloga Clínica

Máster en Neuropsicología

Terapeuta Neural



 

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